
Jefe de Extranjería y Migración responde a los críticos: “Dejen a las personas elegir lo que crean que es mejor para ellas”
Hace poco más de dos meses, un grupo de líderes de la comunidad haitiana en Chile hicieron las primeras gestiones para solicitar la colaboración del Estado de Chile para el regreso “seguro y ordenado” de haitianos a su país de origen. El 21 de agosto acudieron a la comisión de Gobierno Interior manifestando sus intenciones y casi 10 días después hicieron lo mismo en la subsecretaría del Interior.
Fue de esta forma que surge la idea de Plan Humanitario de Regreso Ordenado del Ministerio del Interior, que facilita el retorno de inmigrantes a sus naciones. Desde que se abrieron las inscripciones, en octubre, ya son más de mil los interesados y el miércoles partieron 160 haitianos con destino a la isla. Y ya se prepara un segundo avión para las próximas semanas. Según explica el Jefe de Extranjería y Migración Álvaro Bellolio, el viaje tiene un costo cercano a los mil dólares por persona.
Además, ante las críticas que han surgido principalmente desde la oposición, Bellolio señala: “Arrogarse a la representación de todas las personas que libremente eligen retornar por distintas condiciones es a lo menos cuestionable”.
-¿Cómo nació la idea de este Plan de Regreso?
-Fueron las solicitudes de las mismas comunidades haitianas las que nos pusieron a pensar en este tema. Como no teníamos claridad de cuál era el interés específico, abrimos una inscripción a través de la página web de Extranjería y vimos que en pocas semanas había un número importante de extranjeros que estaba viendo esta opción humanitaria como una opción real. Se inscribieron principalmente los haitianos, pero también de otras comunidades como la colombiana y la dominicana.
-La Convención Internacional sobre Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios establece que los “Estados Partes interesados cooperarán de la manera que resulte apropiada en la adopción de medidas relativas al regreso ordenado de los trabajadores migratorios al Estado de origen”. Ahí se abre la opción para todos los países. ¿Por qué en este caso se ve reflejado en un solo país?
-La realidad del país muestra que los que se encuentran más vulnerables en Chile son precisamente la comunidad haitiana. Además, fueron ellos mismos los primeros que se motivaron en participar en este programa. Los otros, ahora se están coordinando para ir participando. Nosotros, semana a semana, informamos al subsecretario y al ministro (Interior) de la cantidad de inscritos por nacionalidad y ahí vamos tomando la decisión de cuándo va el próximo avión y a qué país. Analizamos caso a caso, pero para que vaya un avión a un país específico debe tener al menos una cantidad de inscritos mínima para que sea rentable enviar el avión completo.
En pocas semanas había un número importante de extranjeros que estaba viendo esta opción humanitaria como una opción real”.
-¿Para que se inscriban de otras nacionalidades debe haber primero un anuncio del gobierno de que hay un retorno a un determinado país como Colombia, por ejemplo?
-Ya hay inscritos colombianos en la lista y si vas a la página web se ve que esto está abierto para todos. Ya se puede elegir para cualquier país. Si tuviéramos 250 franceses inscritos en el proceso y si tuviéramos los recursos, no tendríamos ningún problema en enviar un avión allá.
-¿Hasta ahora cuántos colombianos se han inscrito?
-En general el porcentaje ha sido relativamente bajo. El 95% tiende a ser haitiano y el resto son principalmente colombianos y dominicanos.
-Se ha planteado que existe programado un segundo viaje a Haití. ¿Ya tiene fecha exacta?
-Todavía no se ha definido el día, depende de varias variables. Tenemos que informar a los potenciales beneficiarios y coordinarnos con la FACH para el día de despegue. No tenemos la fecha definida pero por supuesto siempre queremos que sea lo antes posible.
Se muestra la careta ideológica más dura de ciertos sectores que durante cuatro años estuvieron a cargo del tema migraciones y no hicieron absolutamente nada y terminaron vulnerando a las personas migrantes”.
-¿Cuánto es el costo del programa?
-Es difícil calcularlo porque depende al país que se dirija y no tenemos definido cuántos aviones serán. Nosotros vamos analizando semana a semana. En términos de costo concreto son menos de mil dólares por extranjero que se sume al programa. Pero eso sigue siendo un 20% o un 30% más barato de lo que sería en una línea aérea comercial tradicional.
¿Por qué obligar a un migrante que se quede acá en la calle en condiciones desamparadas? Eso no lo entiendo”.
-Han surgido críticas, principalmente desde la oposición, porque se estableció un plazo de nueve años para que no vuelvan a Chile los extranjeros que retornen a su país, por medio de este plan. ¿Cómo se definió ese período de tiempo?
-Dado que esto requiere una inversión del Estado importante, hay que entender que no existe capacidad para hacer esto todos los años. No podemos hacer constantemente aviones de retorno, estas son excepcionalidades, es un programa único. Y queremos que los migrantes le den el peso real de lo que significa esta medida, el Estado no es una agencia de viajes. Ellos, por razones humanitarias, quieren volver y tienen que entender que el Estado está invirtiendo en ellos y tienen que tomar ciertas decisiones. Eso justamente es lo que queremos, que esta decisión sea 100% libre y voluntaria. Nosotros los empoderamos para que tomen su libre decisión. Cuando los hacemos firmar la declaración jurada está súper claro el tema. La pregunta es ¿qué cree que va a cambiar en los próximos 12 meses para que puedan volver en seis meses si ya los últimos dos años no se han integrado?
Hay que tener mucho cuidado de esos autodeclarados representantes que tratan de hablar en nombre de todas las personas. Pensar que uno va a saber cuáles son los deseos de todos los migrantes en Chile es, a lo menos, un poco soberbio”.
-Otros han señalado que este plan es como una “deportación forzada”. Así lo dijo, por ejemplo, un grupo llamado “Plataforma Nacional de Organizaciones Haitianas en Chile”.
-Arrogarse a la representación de todas las personas que libremente eligen retornar por distintas condiciones es a lo menos cuestionable. Nosotros pedimos que dejen a las personas elegir lo que crean que es mejor para ellas. Sabemos que hay gente que prefiere el modelo anterior que había en Chile, donde había una migración sin ningún control, donde había una irregularidad brutal, porque eso justamente va en la línea más ideológica de que no tiene que haber ningún control y que en la migración no debe haber ninguna definición del Estado. Pero cuando el Presidente Piñera habla justamente de una migración, segura, ordenada y regular, y habla de “ordenar la casa” también significa entregarle una mano a las personas que lo están pasando mal y que ellos libremente decidan. ¿Por qué obligar a un migrante que se quede acá en la calle en condiciones desamparadas? Eso no lo entiendo.
-Parlamentarios de la oposición han cuestionado el viaje de miércoles. Por ejemplo, la diputada Carmen Hertz (PC) dijo que esto era “racismo y xenofobia pura y dura, peligrosa antesala del fascismo”.
-Este es un programa que está en los convenios internacionales de la Organización de Trabajadores Migrantes, son programas que normalmente hace la OIT, la OIM a países como España y Canadá. Ahí nuevamente se muestra la careta ideológica más dura de ciertos sectores que durante cuatro años estuvieron a cargo del tema migraciones y no hicieron absolutamente nada y terminaron vulnerando a las personas migrantes.
El Presidente Piñera habla de una migración, segura, ordenada y regular. Y habla de ordenar la casa también significa entregarle una mano a las personas que lo están pasando mal y que ellos libremente decidan”.
-También se ha cuestionado que sean solo haitianos. Algunos han dicho y por qué no venezolanos. ¿Qué pasa en ese caso?
–¿Sabes cuánta gente hay inscrita de Venezuela? Uno. No hay personas de Venezuela que se hayan inscrito a este programa. Si tuviéramos la cantidad de personas para Venezuela ningún problema. La gente no se quiere volver a Venezuela y nosotros respetamos su decisión. Hay dos miradas, está la de los que dictaminan bajo qué condiciones o quiénes se deben quedar o no, que es una visión mucho más centralizada, y lo que estamos haciendo: nosotros le preguntamos a las personas “decidan ustedes libre y voluntariamente lo que necesitan. Si necesitan ayuda humanitaria y por distintas razones quieren volver a su país les vamos a abrir las puertas. Si ustedes no quieren volver a su país tenemos la regulación extraordinaria y hay muchos inscritos”. Ofrecemos el abanico de posibilidades y empoderamos a que la persona decida. Hay que tener mucho cuidado de esos autodeclarados representantes que tratan de hablar en nombre de todas las personas. Pensar que uno va a saber cuáles son los deseos de todos los migrantes en Chile es a lo menos un poco soberbio.
-¿Consideras que estas críticas terminan siendo más ideológicas?
-En la práctica ellos dicen como no quiero que la gente se vuelva a Haití prefiero que la gente se quede acá sufriendo, que tengan problemas para reunirse con sus familias a que ellos libre y voluntariamente decidan volver o no volver. (WWW.ELLIBERO.CL)