A sus 6 años, Cristopher tiene varios sueños, uno de ellos,  “ser carabinero” y el 27 de abril, acompañado de su padre llegó hasta la Tercera Comisaría de Alto Hospicio donde saludó y tocó a algunos de los policías. Este singular hecho, inadvertido para algunos, llamó la atención de Andrés Parra, funcionario de la gobernación, quien conversó con Guillermo y se enteró del sueño del pequeño: quería ser carabinero y subirse a un auto “de esos con balizas que suenan” fue la petición.
Y desde ese domingo 27, Parra comenzó a preparar el escenario para cumplirle a Cristopher. El gobernador Gonzalo Prieto Navarrete de inmediato se sumó a la causa, al igual que el mayor Juan Cárdenas. Lo primero fue comprarle el verde uniforme institucional y luego coordinar con el comisario Cárdenas la subida al auto con baliza.
La noche del viernes, el gobernador Gonzalo Prieto llegó hasta el domicilio del pequeño, en el pasaje Chiapa, en Alto Hospicio. Allí, Christopher empezó a sentirse feliz cuando se enteró de que le traían el uniforme de carabinero, con gorra incluida, como lo había pedido. Pero las sorpresas no terminaban. Cuando ingresaba a su casa, escuchó la baliza de un auto policial y su cara dibujó una gran sonrisa que se transformó en una inmensa alegría cuando el mayor Cárdenas lo saludó y pudo tocar, tocar y tocar el auto policial.
Tras vestirse con el uniforme, y no aceptar el grado de cabo sino “que quiero ser oficial”, se subió al vehículo policial, en el asiento del copiloto, para salir a patrullar junto al mayor Cárdenas. De regreso, Cristopher solo irradiaba contagiosa felicidad. “En lo personal, no deja de emocionarme el cariño que siente Cristopher por la institución, hecho que en el fondo refleja la comunión que existe entre carabineros y la comunidad”, dijo Cárdenas.
Al bajarse del vehículo, lo espera su padre quien junto con agradecer al gobernador Gonzalo Prieto y al mayor Juan Cárdenas cuenta que su sueño “es que mi hijo vuelva ver. Hace ocho meses mande los papeles a Santiago, al Hospital El Salvador, pero aún no tengo ninguna respuesta. Y si es necesario, le donaré mi córnea para que él pueda ver”.
La noche cae en Hospicio y los rostros del gobernador Gonzalo Prieto y del mayor Juan Cárdenas lucen sendas gotas de esa emoción que nace cuando con aquellas cosas simples que tiene la vida se puede hacer feliz a un pequeño como Cristopher que, de seguro, durmió sin sacarse por una noche el verde uniforme de Carabineros.